Solo Todo

Está claro que alguien que ha estudiado derecho no está ejerciendo de abogado si trabaja de camarero en verano.

Igual de claro que si alguien que se presenta como Coach no está haciendo Coaching cuando está realizando dinámicas o ejercicios, o dando clases o conferencias.

E igual que si un ladrón te atraca con un bisturí no te está haciendo una intervención quirúrgica, alguien que sólo te escucha y pregunta no te está haciendo Coaching.

Por lo tanto; una cosa es lo que se ha estudiado, otra cómo se presenta esa persona y otra lo que acaba haciendo.

Y para hacer Coaching se usa TODO lo que es Coaching y SÓLO lo que es Coaching.

Fórmate como profesional en Coaching en una escuela dedicada a las personas www.coachingestructural.com

3 aspectos importantes para que una formación en Coaching sea buena

LA METODOLOGÍA: PRESENCIAL Y VIVENCIAL.

Ya sabes que cualquier formación relacionada con el trato profesional entre personas será una formación parcial si no es presencial. Con el e-learning u online, puedes realizar una breve introducción y obtener una primera aproximación, pero nunca una formación completa. No compres los argumentos de venta de las escuelas, ya que a ellas les interesa el e-learning porque te cobran lo mismo, pero se ahorran mucho dinero.

Lo que está claro es que hoy puedes desplazarte a cualquier parte del mundo para estudiar y es fácil que encuentres mucha oferta formativa en universidades, escuelas de negocios y centros de formación, todos con magníficas instalaciones. Pero la mejor metodología, sin duda, sigue siendo la presencial, y diseñada con el apoyo de dinámicas vivenciales.

También se habla de mayor calidad y garantía si estudias en un sitio u otro, pero la realidad es que no depende del lugar, sino de quién te está formando. Veámoslo el siguiente punto.

EL PROFESOR: DIDACTA ACREDITADO.

(SABER MUCHO Y SABERLO ENSEÑAR)

Seguro que conoces personas que tienen su trabajo habitual y además dan algunas horas de clase, o mientras están dando clase te explican lo estupendos que son haciendo Coaching, y seguro que también sabes de cursos en los que hay diferentes profesores donde cada cual te explica algo de su propio enfoque. Pues bien: esto son algunas locuras que te conviene evitar.

Si quieres aprender Coaching, no busques un buen coach: encuentra al mejor profesor en Coaching.

Elige a un Maestro entre Maestros.

Y entonces ponte en sus manos.

Para que logres distinguirlo, será importante que tengas en cuenta dos aspectos:

  • La aptitud. Es básica: quien te dé clase ha de dominar la materia que te transmite. No te puede estar repitiendo lo que le dijeron o lo que ha escuchado que dicen otros sin saber exactamente de qué habla.
  • La actitud. Es lo que marca la diferencia: hay quien sabe mucho sobre algo, pero no sabe explicártelo para que lo entiendas.

Por lo tanto, encuentra quien esté acreditado oficialmente para ser profesor de Coaching, que esté dedicándose única y enteramente al Coaching, alguien que investigue y aporte valor al sector porque innova en base a la ciencia, la filosofía y la psicología. Comprueba sus años de experiencia, su formación para que sepa de qué habla y qué hace, su trayectoria profesional, sus referencias, …

(Yo mismo conozco personas que se formaron conmigo y publican que llevan más años que yo en el mercado, e incluso conozco quien repite o hace suyos mis contenidos, desconociendo la base y los detalles de lo que dicen y el alcance de lo que están haciendo, lo cual, además de ilegal, es peligroso).

Cuando hayas encontrado esa persona, que tampoco hay tantas, entonces conócela en una reunión en directo, de las de siempre … de las de abrazo.

Conoce a quien te va a dar clase, reúnete con él antes de tenerlo cada día delante de ti y averigua si es sincero y humano, o es un charlatán, o una arrogante, en definitiva, si os entenderéis u os mataréis.

Es demasiado importante para ti como para conformarte con menos.

LA CERTIFICACIÓN: POR RIGOR Y CALIDAD.

(NO POR CANTIDAD DE HORAS O DE DINERO)

Actualmente, cuando acabas tu formación en la universidad, la escuela de negocios o en el centro de formación oficial, tienes tres opciones:

  1. Te entregan un título con su nombre y marca, y pasas a ser exalumno con derecho a sus ventajas y beneficios, pero con poca o nula validez de tu profesionalidad contrastada en el sector (ejemplo: UB, ESADE, etc.).
  2. Te entregan un certificado que deberás renovar pagando y haciendo otro examen cada 3 años, además de pagar la cuota de socio cada año, ya que si dejas de ser socio o no haces el examen cumpliendo los requisitos o no has pagado por sus cursos que te dan créditos, te quitan e invalidan la certificación (ejemplo: ICF es la más conocida, que no por ello la mejor).
  3. Un organismo independiente te examina y cuando apruebas, entonces recibes un certificado que no caduca, sin tener que pagar ninguna cuota de socio en ningún momento (ejemplo, OCC-Internacional, que es la única que ofrece esta posibilidad)

Son alternativas muy diferentes, pero no excluyentes: puedes tenerlas las tres. Y aunque la tercera (OCC) es la más sana y adulta, puedes elegir la que prefieras. Tú eliges. Pero elige estando informado: infórmate sobre las cuotas, la caducidad, la renovación, los precios, los requisitos, … Pide la información allá donde vayas a formarte antes de decidirte.

3 criterios para saber el contenido de una buena formación en Coaching

100% COACHING.

De entrada, te recuerdo algo muy obvio pero que desafortunadamente es poco habitual: si quieres Coaching, compra Coaching. Y solo Coaching.

Hay formaciones que pasan “de puntillas” por el Coaching y te llenan de otras técnicas, o tienen una filosofía distinta o simplemente son algo a lo que le han puesto el nombre de Coaching, pero no lo es. Hay quien dice que el Coaching “es hacer preguntas” y usa ese simple argumento para vender otra cosa. Hay quien afirma que si hace preguntas ya está haciendo Coaching. Pero un coach profesional no hace cualquier pregunta ni tampoco de cualquier manera.

Hay demasiada similitud entre constelar y el Coaching Sistémico, igual que la hay entre hacer terapia y el Coaching Wingwave o la PNL, y aunque ya sabemos que hay muchos recursos que pueden ser de gran ayuda a una persona, tú, realmente, ¿qué prefieres aprender; las constelaciones, la terapia de PNL, … o quieres Coaching?

COACHING, SIN MÁS.

Otra situación muy frecuente es dar por supuesto que existe un Coaching concreto según quien sea la persona que lo reciba. Por ejemplo; se suele decir que para atender un aspecto profesional de un directivo se debe usar el “Coaching Ejecutivo”.

Pero recuerda algo básico: primero, todos somos personas. Eso es constante, no depende del lugar ni del momento y la manera que tenemos de ser afecta a las actividades que desempeñamos y a las relaciones que mantenemos (familiares, compañeros, amistades …)

Por lo tanto, fíjate que al decir Coaching Ejecutivo, Coaching Deportivo, Coaching para padres, para políticos, artistas, … solo estamos indicando el tipo de cliente al que nos dirigimos, y esto NO significa que se esté aplicando un tipo de Coaching diferente ni especial.

¡VIVA EL COACHING!

Finalmente, el Coaching es una nueva manera de mantener una relación de servicio con una persona, y, por lo tanto, no requiere que antes hayas estudiado psicología ni otras técnicas, precisamente porque son maneras de ayudar a las personas y no se basan en la misma filosofía que el Coaching.

Quizás ya sepas que el Coaching proviene de la Mayéutica Socrática. Por lo tanto, ¿cuántas corrientes psicológicas (cognitivismo, humanismo, …) o profesiones (ingeniero, abogado, consultor, …) conoces que basen su técnica y/o su actitud en la filosofía Socrática?

La respuesta es ¡Ninguna! Todas ellas son sencillamente otra visión y otra profesión diferentes a la del Coaching.

Precisamente por eso el Coaching es nuevo, lo cual significa que no existía, y esto, que también es muy obvio, parece que cuesta mucho de entender.

Cachitos de Coaching

A saber por qué, hay personas que definen el Coaching como si fuesen unos auténticos profesionales del Coaching pero luego acaban actuando incoherentemente, es decir; hacen un montón de “otras cosas” que no tienen nada que ver con el Coaching. Y entonces aparece el tarotista-coach, el terapeuta/psicólogo-coach, el consultor/asesor-coach, … opciones a cuál más incompatible.

Antiguamente, asistir a un psicólogo era algo que sólo se reconocía públicamente en algunos países porque significaba que esa persona estaba mal (¡o loca!) e incluso que era mejor alejarse de ella.

A finales del siglo pasado, Hillary Clinton, Andre Agassi y otras “celebrities” aparecían en los medios anunciando orgullosos y contentos que tenían un Coach, pero ¿qué era eso? Al profundizar en el tema descubríamos que esa visión era nueva y que así, sin más, no era necesario “estar mal” para querer “estar bien”, es decir; ¡se puede estar bien y querer estar mejor!

Darse cuenta de ello abrió las puertas a un nuevo segmento de mercado, un target que no estaba en manos de nadie y que los Coaches podían atender mientras los médicos, psiquiatras, psicólogos y terapeutas podían seguir ocupándose de sus pacientes. No era una ración del mismo pastel de siempre; era un pastel nuevo ¡y entero!

Poco tardó el oportunismo a reaccionar junto con la necesidad, la ignorancia y otros factores coyunturales que favorecieron una rápida “contaminación” del Coaching, de forma que ese nuevo y sabroso pastel acabó integrándose y considerándose una parte más -otra ración más- del viejo y obsoleto pastel de siempre, manoseado por las mismas personas de siempre, prostituido por los mismos intereses de siempre.

De repente, por ejemplo, los “penelistas” no querían perderse ese pastel que se estaba comiendo el Coaching y aún hoy siguen insistiendo en meter con calzador la parte terapéutica de la PNL e Hipnosis dentro del Coaching. Y así, una vez abierta la puerta a la dispersión, se ha acabado llamando Coaching (de apellido Wingwave) a una mezcla de PNL con Kinesiología y EMDR, se vende el Eneagrama como herramienta básica para el Coaching (cuando el punto de partida de un Coach es no juzgar), a las Constelaciones de B. Hellinger se las están llamando Coaching Sistémico ¡e incluso se sigue vendiendo Coaching para TDA-H!

Está claro que existe algún modelo de Coaching con alguna base sólida en cuanto a que es una filosofía, un tratado, etc. (el Ontológico, el Estructural y quizás alguno más), pero uno de los resultados de la contaminación que comentaba en el párrafo anterior, ha sido la amplia variedad de “apellidos” que se le han llegado a poner al Coaching (Tanatológico, Dialógico, Coactivo, Dental, Kata, Esencial, Zen, Holístico, Integral, Integrativo, Operativo, Inspiracional, Motivacional, Transformacional, Kinesiológico, Relacional, Apreciativo, …) donde la gran mayoría responden al factor marquetiniano de la diferenciación. Otro resultado ha sido apellidar al Coaching refiriéndose al público objetivo al que se dirige (Coaching ejecutivo, para padres, para singles, etc.).

Resumiendo; esa contaminación ha logrado emborrachar al mercado confundiéndolo con mucho nombre y sigue reforzando el error de que existe un Coaching diferente en función de la persona que lo recibe. Y es importante dejar claro que eso es falso: NO existe un Coaching diferente según quien es el cliente o coachee.

Uno de los desencadenantes de este escenario es que muchas personas que se presentan como Coach acaban ofreciendo cualquier cosa. Sí, sí, su necesidad -egoica, económica, …- les ha conducido a ofrecer y hacer cualquier otra técnica bajo el nombre del Coaching; desde terapia, pasando por consultoría o formación, hasta tarot, … y tanto en las sesiones como en la formación.

Curiosamente, en la mayoría de las formaciones aún no se especifica qué es Coaching y qué no de todo cuanto se desarrolla durante el curso y ello conduce a muchos coaches a pedirle al coachee que haga, por ejemplo, un centramiento antes de empezar, una silla caliente o una línea del tiempo, … con lo muy tendencioso que es un “Haz esto” y lo que significa que el coach esté priorizando su necesidad de que el coachee esté de una forma concreta antes de intervenir, o exigirse como coach ser experto en el objetivo del coachee para así poderle diseñar el plan de acción, o incluso ser “el ejemplo a seguir” por el coachee para poderle indicar cómo hacer algo.

Lamentablemente existen tantas cosas a las que se les llama Coaching que las personas que quieren formarse no saben qué contenidos son los que deben aprender (y hacen un “máster” para saber qué Máster en Coaching hacer) y las personas que quieren una sesión de Coaching no saben qué pueden esperar recibir (un diagnóstico, flores de Bach, un consejo, Reiki, una solución, …) y con este escenario en el que nadie tiene derechos ni obligaciones se sigue deformando una profesión vendiendo “de todo” bajo el nombre de Coaching.

Una realidad a la que se suman muchas universidades y escuelas de negocio justificándolo con su “marca” para que sus alumnos lo puedan añadir a sus CV, puedan pertenecer al club de exalumnos o acceder a la bolsa de trabajo. Una opción más comercial que humana, muchas veces carísima, con contenidos formativos dispares e incluso contradictorios impartidos por un claustro de profesores con títulos y experiencias de todo tipo (abogados, ingenieros, psicólogos u otras profesiones) pero ajenos al Coaching.

Una realidad en la que existe una lista infinita de academias, centros de formación y formadores freelance ofreciendo formación en Coaching y que para ofrecer un valor añadido y diferenciarse, incorporan en sus programas desde otras técnicas ajenas al Coaching, hasta esas dinámicas que tan impactantes y útiles les fueron para su desarrollo personal y que ahora consideran imprescindibles para cualquier ser humano.

Una realidad en la que admitimos la “venta a granel” de Coaching vía e-learning u online. La alternativa “cómoda y barata” cuya diferencia con leerse un libro a veces es mínima o nula. Sin palabras.

Una realidad en la que incluso las certificadoras, que teóricamente existen para regular la profesionalidad del sector, son las primeras que aceptan el intrusismo de otras técnicas (por ejemplo, ICF está acreditando formaciones de otras técnicas ajenas al Coaching y validando como mentores a profesionales que no se han formado según los nuevos parámetros). Flaco favor al sector por parte de alguien como ICF que se erige como el referente … ¿O será un mero negocio? En fin.

De nuevo, lamentablemente una realidad en la que el amiguismo, los intereses económicos y tantos otros viejos cánceres sociales están conduciendo al Coaching a un lugar desde donde, al menos a mí, me duele estar viviéndolo.